Todo el mundo puede hacer magia, todo el mundo puede alcanzar sus metas, si es capaz de pensar, si es capaz de esperar, si es capaz de ayunar.
Siddhartha – H. Hesse
La capacidad para desintoxicar es uno de los determinantes principales del nivel de salud de una persona. El ayuno es una de las formas más rápidas de aumentar la eliminación de desechos y de estimular los procesos de curación del cuerpo, siendo muchas las condiciones que se pueden beneficiar de un periodo de depuración y restricción calórica.
A nivel físico, el hecho de ayunar interviene positivamente en los procesos metabólicos, incrementa la regeneración celular, mejora la respuesta hacia el estrés oxidativo y frena el deterioro progresivo del organismo.
Pero además, esta práctica tiene efectos beneficiosos a nivel psicológico: progresivamente a la eliminación de agentes tóxicos y residuos por parte del organismo, dejando descansar el cuerpo, también del proceso digestivo, mejoran la claridad mental, la concentración, el estado de ánimo y, en general, baja el estrés a favor de una mayor tranquilidad emocional.
No es un caso aislado ni sorprende que esta práctica milenaria sea una disciplina común en prácticamente todas las culturas. Muchos ayunantes experimentados lo utilizan habitualmente en su propio ámbito profesional para prepararse física y mentalmente en previsión de picos de trabajo, cuando se requiere el máximo rendimiento con plazos apretados o antes del lanzamientos de nuevos proyectos, presentaciones públicas, eventos importantes, etc.
Sin embargo, el organismo es complejo y cada persona tiene necesidades propias que vale la pena tener en cuenta para disfrutar de esta práctica altamente saludable de manera consciente.
Para aprovechar al máximo y con total seguridad de esta práctica es imprescindible tener en cuenta varios factores, empezando por lo básico, es decir conocer lo que va a pasar en el cuerpo durante un ayuno y cuáles son las reacciones orgánicas, tanto físicas como psicológicas, que se producen ante la ausencia prolongada de comida.
La preparación al ayuno, el ayuno y el post-ayuno: estas etapas son imprescindibles para sacar el máximo beneficio del proceso y vivir con plenitud esta experiencia, pero sus pautas, duración, recomendaciones y sugerencias útiles a seguir varían mucho en función del estilo de vida, hábitos nutricionales, condición de salud y estado de ánimo de cada persona.
Existen diferentes tipo de ayuno y distintas maneras de practicarlo, por lo tanto realmente merece la pena encontrar el que mejor se adapte a las motivaciones, fisiología y el momento presente en el que nos encontramos.
Igualmente importante es conocer cuales pueden ser las contraindicaciones y los casos en los que no es recomendable someterse a un ayuno y porqué, para buscar alternativas más eficaces para cada condición, teniendo siempre bien claro que el objetivo final ha de ser mejorar en salud y bienestar de manera duradera, tanto a nivel físico como emocional.
Un ayuno bien hecho nos ayuda a crear un estado interior de “quietud y silencio” que nos permite sintonizar de manera más consciente con nosotros mismos y con el ambiente que nos rodea, en definitiva nos hace ver las cosas con más distancia, perspectiva y discernimiento.
Si estáis pensando introducir un ayuno como parte de un itinerario de salud y bienestar para vuestra empresa o equipo de trabajo y queréis aclarar dudas, o si ya tenéis experiencia pero os gustaría profundizar más en esta práctica, estaremos felices de asesoraros para que podáis sacar el máximo beneficio de cada etapa y vivir con éxito y plenitud esta experiencia tanto a nivel profesional como personal.