Mindfulness es una palabra que se está escuchando mucho últimamente y cada vez más también en contextos profesionales y programas de bienestar para las empresas, pero en realidad, a pesar de la moda del momento, estamos hablando de una práctica antiquísima que ha estado tomando nombres distintos a lo largo del tiempo y las culturas, y que trata de algo que ya todos tenemos: la capacidad de estar presentes, ser conscientes, ser capaces de notar y observar lo que estamos viviendo en este mismo momento y sin juicio.
Jon Kabat-Zinn, profesor de Medicina, emérito y director fundador de la Clínica de Reducción de Estrés y el Centro para la Atención en Medicina, Salud y Sociedad de la Universidad de Massachusetts Medical School, ha definido la atención plena como: “la conciencia acrítica de cada momento, que se cultiva mediante el prestar atención” (moment to moment, non-judgmental awareness, which is cultivated by paying attention).
Aquí hay unos simples ejercicios, unas meditaciones breves, que nos pueden ayudar en nuestra exploración del aquí y ahora. Siempre se tratará de observar lo que hay o lo que va surgiendo sin intentar modificar absolutamente nada ni juzgar, simplemente procurando mantener una actitud de atención curiosa. Sólo necesitamos estar realmente en el lugar en que ya estamos y darnos cuenta de ello.
El punto de vista de la meditación es que sólo mediante la aceptación de la realidad del presente, sea cual sea nuestra condición, pueden llegar el cambio, la madurez y, eventualmente, la sanación. Lo que enseña la práctica de mindfulness, y lo que la investigación de la psicología moderna ha demostrado, es que la felicidad es una habilidad, y que como tal se puede aprender y desarrollar.
Nuestra capacidad de reconocer y ser partícipes de cada momento a medida que surge, con atención y presencia consciente, puede de entrada parecer algo muy fácil, pero en realidad es algo que normalmente nos cuesta mucho aplicar, así que incluso ejercicios aparentemente muy simples como estar con nuestra propia respiración, escuchar nuestro cuerpo, comer o caminar con presencia consciente pueden ser realmente desafiantes a la hora de aplicarlos durante más de 30 segundos seguidos. Pero la buena noticia es que, como casi todo en la vida, es algo que se puede aprender y mejorar con la práctica y el entrenamiento.
Práctica Mindfulness #1: Siéntate. Presta atención. Respira.
Por unos breves momentos, deja cualquier lápiz, papel u otra cosa que tengas en la mano y una vez que hayas leído esto, deja de mirar a la pantalla. Siéntate en tu silla, o donde quieras, permitiendo que tu cuerpo se quede lo más cómodamente posible apoyado a un respaldo vertical. Empieza a observar las sensaciones de movimiento de tu propia respiración. ¿Se puede notar el movimiento del aire en las fosas nasales? ¿Se nota el movimiento de la caja torácica cuando el aire entra y sale de los pulmones? ¿Hay movimiento en el vientre, hinchándose con cada inhalación, deshinchándose con cada exhalación, ampliando el diafragma? En ningún momento trates de cambiar o juzgar el ritmo de tu respiración. Simplemente intenta mantener viva la curiosidad acerca de cada respiración y el ritmo que tiene en este mismo momento.
Práctica Mindfulness #2: Tomar un té, comer con atención plena.
Durante unos días, a medida que pasas tiempo para comer y beber, presta atención sobre esta actividad. Observa el sabor de la bebida y la comida en la boca. Nota el aroma, los colores, los sabores, las diferentes sensaciones de texturas en la lengua. Observa el movimiento involucrado en llevar la comida y la bebida a la boca, el movimiento de la cara, de los labios, de la deglución y cualquier otro tipo de sensaciones que puedan surgir de esta aparentemente simple actividad. Intenta involucrar tu curiosidad en observar lo que estás haciendo, sin querer cambiar nada de eso.
Cinzia Casadio, naturópata, trainer y counselor en HumanLab
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Referencias bibliográficas y otras lecturas:
Kabat-Zinn J. (2010). El poder de la atención. Editorial Kairós.
Davidson, R. J., Kabat-Zinn, J., Schumacher, J., Rosenkranz, M. A., Muller, D., Santorelli, S. F., Urbanowski, F., Harrington, A., Bonus, K., & Sheridan, J. F. (2003). Alterations in brain and immune function produced by mindfulness meditation. Psychosomatic Medicine, 6. pp: 564-570
Lück P. (2014). Mindfulness– our sixth sense: Introducing mindfulness, MBSR, and the science. EHospice International
Mindful magazine (periódico on-line, en inglés)
Saéz C. (2012) Meditación para potenciar el cerebro. La Vanguardia.com
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