En las últimas semanas he tenido varias experiencias que me han hecho reflexionar sobre la soledad en el desarrollo profesional.
Hace unos días asistí a una formación muy interesante sobre Metodología Outplacement con Vasis Conseil. Con los tiempos que corren es fácil imaginar por qué el outplacement es importante.
Lo que no es tan evidente es que en un proceso de asesoramiento para la recolocación , el punto de partida es encontrar una identidad como profesional y eso como cualquier proceso de búsqueda interior, puede resultar molesto, incluso complicado.
Con este objetivo y tratando de dilucidar los porqués de nuestro perfil, surgió un tema que siempre aparece transversalmente pero casi nunca como cuestión central: los modelos.
En cualquier proceso de reflexión de coaching, otuplacement, transición profesional o cambio personal, siempre dedicamos un capítulo al tema de los modelos. Y entonces caemos en la cuenta de que los modelos que hemos tenido determinan en gran medida nuestra forma de entender el trabajo, los negocios o la profesión.
Libros como Padre Rico Padre Pobre de Robert Kiyosaky ilustran esta cuestión. Sin embargo y pese a que conocemos de sobra la influencia de estos modelos, aún nos cuesta superarlos. Generalmente sabemos cuales son los modelos negativos que hemos tenido, ahora bien, cómo accedo a un nuevo modelo, más sano, más positivo, uno que me guie hacia mi objetivo?
Paralelamente a la formación de outplacement, uno de nuestros colaboradores, nos preguntó si podríamos contestar unas preguntas relativas al proceso de emprendimiento y como era de suponer, dos de las preguntas abordaban el tema de los modelos. Obviamente entendemos que es más fácil tener carácter emprendedor si en tu familia hay antecedentes de personas que han experimentado el proceso.
Y podrías pensar, curioso,será entonces por la genética? Creemos que no. que se trata más bien de haber tenido la oportunidad de ver de cerca el proceso, de manejar conceptos como gestión de la incertidumbre, empeño o riesgo. No es tanto una capacidad innata como la seguridad que proporciona sentirlo como algo familiar.
Lo interesante por tanto, es poder crear esa familiaridad, conseguir ese conocimiento cuando por nuestras circunstancias, no hemos tenido acceso a él. La metodología de Mentoring surge precisamente para dar respuesta este problema y se basa en la transferencia de conocimiento de un experto a un discípulo.
La realidad, es que nunca en el tiempo que he trabajado he visto si quiera de lejos un proceso de Mentoring. Dicen que en las grandes empresas, en alta dirección, existen programas donde los refererentes corporativos transfieren cantidades ingentes de conocimiento antes de retirarse. Y por la cuenta que le trae a la empresa, suponemos que será verdad.
Y seguramente habrá muchísimas personas en el mundo que de forma espontánea, sin necesidad de recurrir a anglicismos, y con el unico fin de instruir por amor a la profesión y al conocimiento, deciden compartir con los demás, todo lo que saben. Ciertamente, esto tampoco se ve mucho.
Y la duda que me surge es, qué puede hacer una persona con ganas de emprender , sin cuando ha tenido una ausencia total de referentes en sus círculos más cercanos y nunca ha pertenecido a un programa exclusivo de mentoring ejecutivo?
Por qué tenemos que invertir tanto tiempo y me estoy refiriendo a años de trabajo hasta tener acceso a esas personas que nos sirven de modelo para nuestro desarrollo profesional?
Cómo es posible que era de la crowdfunding, el co-working o la co-creación, la comunicación de «tu a tu» siga siendo un lujo reservado a programas fantasmas en los que nadie participa y películas del lejano oriente?
Pues bien, alguien se ha debido hacer las mismas preguntas que nosotros porque hace unos días encontramos este programa de Mini-Mentor, que si bien deja de lado la magia del filósofo y su discípulo, permite a las personas entrar en contacto directo con referentes en su campo de desarrollo profesional.
Con matices y adaptado a nuestro spanish modus operandi, creemos que puede ser una buena idea tener línea directa con alguien que ha recorrido un camino que te estás planteando hacer y puede compartir contigo valiosas lecciones de esas que normalmente aprendemos a base de errores, retrasos y pasos en falso.
Este programa de mini-mentoring está pensado para perfiles creativos pero que duda cabe que podría aplicarse a otros campos donde encontrar a modelo que te facilite respuestas, alternativas y ejemplos es fundamental. Quizás, y estoy pensando en alto, sería interesante para aquellas profesiones menos estudiadas en las escuelas de negocio, esas en las que nadie tiene claro como convertirse.